En mi reja del penal
asomaba noche y día
y engarzada en su rosal
y una rosa florecía
A fuerza de ver la rosa
sentí por ella cariño
la quise como una diosa
por su blancura de armiño
Del penal yo quise huir
quebrantando mi condena
mas vi a la rosa sufrir
marchitándose de pena
Y por no sentir sus quejas
desistí de mi evasión
seguí preso tras las rejas
de aquella triste prisión
Autores: Arroyo / Benito